
En tiempo de vacaciones me gusta no hacer nada, me da flojera y hasta cierto punto me ofusco al hacer alguna actividad. Por eso, me he entregado a degustar del séptimo arte. Hoy, les vengo a contar de una película que es considerada como una de las mejores películas del cine mexicano(en el link viene la lista de las 100 mejores hasta 1996, cabe aclarar que es una lista donde faltan algunas películas que bien podrían estar entre las 20 mejores).
Bien, Los Olvidados de un genial Luis Buñuel nos cuenta la forma de vida de la juventud en los barrios bajos de las grandes ciudades (en este caso de la Ciudad de México). La marginación y el destino al que están sentenciados a cumplir casi de manera inexorable: ser delincuentes, rateros, asesinos, en fin; un lastre para esta sociedad.
Cargada de diálogos endiabladamente reflexivos, la cinta de Buñuel está exenta de optimismo y más que una crítica es un cuasi-documental de cómo es en realidad la sociedad en sus poblaciones, la desigualdad de clases y demás.
Jaibo (interpretado por un naturalísimo Roberto Cobo) es un joven que escapa de la correccional y vuelve a su barrio más duro que nunca, convierte a un grupo de niños y jóvenes en su pandilla para cometer crímenes y demás fechorías. Pedro(Alfonso Mejía) uno de los niños de su pandilla es la contraparte de Jaibo, un personaje bueno en esencia pero que se ve obligado a cometer robos por su entorno, un entorno viciado e ignorado por el gobierno y por las demás clases sociales. Por un robo que cometió Jaibo en el lugar de trabajo de Pedro, éste es llevado a una escuela-correccional, aunque no le pudieron comprobar el robo, la mamá de Pedro (interpretada por Estella Inda) lo lleva a la escuela porque "ya no lo soportaba y no lo quería". El desenlace es una apología a lo que es la realidad, brutal, descorazonado y cargado de un pesimismo bárbaro.

Es una película realista a más no poder, donde de manera directa se enseña la falta de conciencia de los padres, la falta de cariño para con sus hijos, la acelerada evolución que se estaba viviendo en esa época y que aún hoy en día es aplicable e incluso en una dimensión más extensa. Sin embargo, Buñuel no olvida sus inicios de cineasta surrealista (basta recordar el genia cortometraje "Un perro andaluz" el principal manifiesto del surrealismo fílmico, con Buñuel y Salvador Dali) y lo plasma por sueños (¿cómo más?) que cumplen la función de la conciencia en la bondad de Pedro (sí, el personaje "bueno" es el que tiene conciencia, por supuesto).
Mención especial a la actuación de Miguel Inclán, un ciego gandalla que actúa según le convenga.
Son 80 minutos que ni siquiera se sienten, la cámara se limita a seguir los acontecimientos que nos abrazan y nos enseñan verdades como puños. Con la música me pasó algo muy curioso, en algunas partes creo que había canciones pomposas que no iban con el entramado pero eso fue en dos partes, una donde la comprendí como música pomposa para una sociedad pomposa (imágenes de la ciudad "bonita") en la otra si no le entendí ni churro.
Un recorrido por sus credenciales por si mi reseña fue poca atractiva: Luis Buñuel ganó el premio al mejor director en el aclamado Festival de Cannes además de varios premios más. Infinidad de Arieles (cuando tenían un valor relevante) además de ser la segunda película nombrada por la UNESCO como patrimonio cultural de la humanidad a través del programa Memorias de la Historia...la primera película fue nada más y nada menos que la distopía de Metrópolis de Fritz Lang (ENORME película).
Para terminar, la edición con el final alternativo es la peor cosa que le pudieron hacer a esta OBRA MAESTRA, le escupo al que le impuso a Buñuel hacer semejante porquería, un final hollywodense que casi me hizo vomitar. El film es crudo y así se debe de quedar, con pequeños guiños de sensibilidad.
Octavio Paz dijo en aquel festival de Cannes: "El valor moral de Los olvidados no tiene relación alguna con la propaganda. El arte no tiene relación alguna con la propaganda. El arte, cuando es libre, es testimonio, conciencia”. Qué grande que era Octavio Paz.
Tiene tantas cosas para analizar, la sensibilidad con la que muestra la insensibilidad de los actos, caray...excelente.
10/10.
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