lunes, 4 de febrero de 2008
Buscando a la que vuela.
Cuando desperté lo primero que hice fue verme al espejo. Mi reflejo anunciaba algo que yo ya me esperaba: tenía la apariencia de Darío Grandinetti en su actuación de Oliverio Girondo en la lírica "El lado Oscuro del corazón(1992, Eliseo Subiela)". No sé si es algo bueno o no, rara disyuntiva. Por un lado me parece sensacional verme como el bohemio y ambicioso poeta. Por el otro me parece el innegable indicativo del vacío de mi vida, de ese hoyo que devora todo lo que se encuentre cerca.
En fin, decido convertirme en el poeta, en el renegado de la sociedad, en el ácido crítico de las pestilentes costumbres burguesas. ¡Sí, ese soy yo!. Pero nunca se me olvida la divina esencia en esta kafkiana transformación. Ando buscando a la que vuela. Eterna búsqueda ancestral y visceral, conformada por las almas más perturbadas que habitan en los disturbios grisáceos de la psique humana. Dentro de mi mente.
Sentado en los rincones de la oscura soledad, recuerdo cualquiera que haya intentado siquiera levitar, siquiera alzarse del piso. Nada. Mente vacía. Me pasa como a él, las desecho con sólo aplastar un botón cuando estoy postrado ante ellas.
Un rápido conteo me obliga a levantarme y tengo que reconocer la fuerza que me jala es un imán hacia mi corazón. Me empuja, me arrastra, me lastima. Así es la búsqueda, llena de pataletas y forcejeos. Tontos minutos que se pierden tras de mí. A veces pienso eso de la maldita búsqueda.
Un espejo me avisa que sigo siendo Oliverio. Intento cubrir todos los espacios y todos los terrenos del mundo, intento zurcar los cielos para ver si me topo con aquella mujer que por despisto se deje que la vea volar. No pasa. No en este cielo.
Ya se ha borrado la línea paralela que me conectaba con el film, ya tengo la apariencia con la que nací. Sin embargo, mis pensamientos han hurdido una nueva táctica y una nueva estrategia para continar con esta campaña casi militar. Todo el arsenal. Horas después me doy cuenta que hoy no. Nunca hoy.
Caigo tendido. Cansado del extenuante ejercicio. ¡Cuántas pasaron por mí!.Y ninguna volaba. He creído -estúpidamente- que volar es una cualidad que se puede aprender, soy ingenuo. Lo reconozco. ¿De qué sirve saber que puedes tener a un ángel que está entre las nubes si terminas acabando con alguien que usa sus piernas para esquivar las gotas que arrojan las benditas nubes? ¿De qué sirve?.
De mucho, sirve para ser mejor. Enorme metáfora. Y no es que me sienta solo, uno puede ser feliz sin la necesidad de estar acompañado. La búsqueda de la que vuela no se erosiona a sí misma, abarca todos los sentidos de la vida. Me voy, tengo que buscar algo.
Pd.- Vean la película. Se los juro, no se arrepentirán.
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4 comentarios:
Increíble chico, más que reconocerte, debería confesarte, lo personal que me sonaste, al imponerte ante el espejo, y recrear con lo que alguna personalidad extraña, está expuesta a contener.
yo soy muy admirador de don Dario, hace poco la ví en una pelicula de esos años aún no tan mosos que fueron los finales de los 90tas, en sí yo lo conocí y me enamoré rotundamente de la personalidad de él, con la película que a mí, más me ha marcado en mi adolescencia, "Hable Con Ella".
con ese deroche de tristeza, conversión de lo que los sentimientos, ajenamente te hacen hacer, y terminas pagando.
la tristeza que en momentos transmite ese hombre es mágica, no pertenece a lo que cualquier actor puede llegar a hacer, desvalorado, y un poco olvidado.
Espero verlo pronto en alguna otra cinta.
por cierto, fantástico post!!
saludos chaval
yo màs que encantado, ya te he agregado, yo tampoco soy tan apegado al msn, antes lo era, pero desde hace un tiempo para acá, me he dejado llevar mucho por lo que tiene ese particular medio.
por cierto, de donde es ustéd?
es de por acá?
hahaha, que importa, saludos y le dejo un video que me hace recordar un poco lo poetico que puede ser la tristeza.
http://es.youtube.com/watch?v=Gz7gajAb2ww
maravilloso post... me dejaste sin palabras.
En eso andamos también, buscando al que vuela... Gracias por visitarme, nos estamos leyendo...
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