jueves, 1 de mayo de 2008

Yo soy.

Este semblante ya no es el mío, tampoco el tuyo. Son cenizas de una ilusión, de una falsa esperanza. Me mostré renuente a creer todas esas voces que se escapaban del aire, donde me advertían del peligro de crear una mentira tan grande como lo es mi soledad. Sí, lo admito, lo hice por ese patético sentimiento. Conjuré tu nombre tantas veces como noches hubo, en términos de hipocrecía yo pensaba en tí. Fue un día, hace poco; donde me dí cuenta de esta parafernalia. Entramos en una debacle, en una decadencia absurda que ya se estaba gestando desde antes. Adiós, adiós a tu hechizo, tan borroso que no me dí cuenta en lo que estaba convertido. Y luego, una tras otra, las pruebas me fueron mostrando una verdad. Una verdad.

Eres un velo más mentiroso que misterioso, nunca, nunca me ayudaste, esa ceguera mía. Soy un ezquizofrénico, lo admito, tú lo sabías y te aprovechaste de mí. Desgraciada sin escrúpulos, abogando una inocencia me destruiste. No más. Aún hoy te ví, mi cuerpo trémulo iba, pero me dejaste sin conciencia, sin moral, me volviste a devastar. ¡Cuánta daño me has hecho!, y por tí, me voy. Siendo la persona que más amé, me diste la espalda y me la sigues dando. Escondida en esas frases que nunca llegan a significar nada y que sólo se dicen por repetición. Soy un maldito ezquizofrénico pero no un mal amigo. Soy un hijo de puta pero no juego con los sentimientos de los demás.

Eres lo peor y no te deseo nada bueno ni nada malo. Te regalo mi indiferencia.

3 comentarios:

Arkturo dijo...

buff, que fuerte...

Vov dijo...

Hace como un año expresaba cosas parecidas a las que escribiste, es un buen método descargar todo en palabras, que toman el eco de quien las quiere observar :).

Anónimo dijo...

Que hermoso.