martes, 25 de diciembre de 2007

El Violín


En estos días me vino una terrible decepción...hablando con cierta persona me dí cuenta de que el cometido de las televisoras avanza a pasos agigantados y que el mundo ferozmente capitalista devora los pensamientos de las personas. Bien, ese cometido es el lograr que las personas piensen de manera sistemática "lo que no se ve en la tele, lo que no se oye en la radio o lo que no conozco...no es bueno". Menuda forma de ver las cosas. En este caso hablábamos de música y de cine, me decía esta persona que Rockdrigo Gónzalez era un don nadie y que películas como "A Orange Clockwork" eran una estupidez.

En fin, ante esto no pude más que encender mi paciencia y quedarme en silencio mientras todo mi interior se colapsaba de rabia, lo peor del caso es que creen tener la razón...en fin. Tras el desencanto y con mi esperanza moribunda por ver la situación cultural de mi entorno y mi incapacidad para cambiar esa condición de ignominia me propuse ver algo que me ayudara a relajarme. Sí, ¡qué mejor que buen cine!, y de eso es de lo que les voy a hablar.

El violín, obra prima de Francisco Vargas Quevedo es una panacea para la crisis del cine nacional. Una crisis que parece agigantar las tomas de decisión del gobierno que cada día que pasa parece ser que le importa menos el aspecto cultural del país

Ya acostado y tapado empezó este portento de película que defiende a ultranza al cine de arte por sobre el cine fácil y vacuo. Las primeras tomas, se entrelazan la presentación de los créditos con escenas impactantes por su contenido de violencia, hasta ahí me dije a mí mismo: "la misma cantaleta del cine mexicano", pero nada más equivocado, el desarrollo de la película es una forma intensa sin tener que recurrir a estos vanos artificios para hacer un proyecto rentable.

El violín nos cuenta la historia de una familia que lleva una doble vida. Por un lado son músicos humildes que deambulan por los pueblos de la región y por el otro lado apoyan al movimiento guerrillero que lucha contra las injusticias del gobierno y los excesos del ejército en contra de las poblaciones indígenas.

Plutarco Hidalgo (el abuelo, encarnado por un genial Armando Tavira que no es siquiera actor) es un violinista manco, con un espíritu noble y sabio. Tras una serie de eventos, el viejo va a su pueblo natal con la intención de sacar el parque que escondían los revolucionarios ahí. El pueblo, al ser un punto focal del movimiento guerrillero está vigilado por el ejército, con todo esto, Don Plutarco logra ganarse la confianza del teniente (interpretado por un inmenso Dagoberto Gama). El final es crudo y bastante fuerte.


Como mencioné antes, las escenas de violencia se limitan al principio y a una escena de fusilamientos, la película se aprecia y se centraliza más en el aspecto emocional de estas batallas. La fotografía es espléndida y en los momentos en los que entra la música hacen una perfecta secuencia y conjunción de los elementos. Sobra decir la genial contraposición, metáfora -o como gusten llamarle- que avisa el director al poner a las municiones en el estuche del violín y al violín en el lugar enterrado donde iban las municiones...así, el violín que es una simbolización de la música y si me apuran de la pureza se contrapone con la pistola que es una clara representación de la violencia y de los problemas existentes.



El largometraje es una denuncia política y social y distinto a otros autores no le da un estilo panfletista sino que en verdad narra hechos que relamente están ocurriendo a lo largo de América Latina. Al estar en blanco y negro, el tiempo de la película está dotado de una atemporalidad pero que no pierde para nada su justificada denuncia. De igual manera, el espacio de la cinta no está especificado y es perfectamente aplicable a cualquier lugar de la América Latina.

Son obvios los parecidos que esta cinta tiene con la de "Los olvidados" de Luis Buñuel, un realismo extremadamente rígido que incluso se podría considera como un tipo de documental.

Merecidamente galardonada en Europa y que ha dado la vuelta al mundo, más sin embargo de poco nombre en su propia tierra por no estar respaldada por la maquinaria mercadotécnica de las grandes empresas. ¡Maldita sea!.

Le doy 9/10. Ojo con este director, en su haber tenía el cortometraje "Conejo" y un documental. En su primer largometraje ha hecho un guión deslumbrante y una puesta en escena sobria pero intensa. Haciéndonos reflexionar sobre el ENORME talento en México. Ya, se acabó la música.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sin duda la tengo que ver.
hay que apoyar el buen cine mexicano.