domingo, 5 de abril de 2009

Poema a ti.

Fue una epifanía
nunca antes una mejor rima
su nombre sonaba a eso y más
a sueños y despistes.

Nunca sería una letanía
esa voz tierna y ronca
imposible de no escuchar
a menos no con los oídos bien puestos.

Y quizá en el lugar nunca señalado
en el cansancio de los párpados y las piernas
en los eternos campos que el sol ya no baña
y que a la luna le encantan.

Una ilusión o un espejismo ¿quién sabe?
un color nuevo que nunca existió
una entelequeía o una utopía ¿acaso lo sabes?
y una larga despedida en un mundo mudo.

Es la probable despedida y un último adios
una cortina que se cierra
y una marcha fúnebre de mil kilómetros y cientos de horas
un olvido imposible de decirse y una horrenda reseca de extrañarte.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hago trampa orfeo, yo que sé la historia. Queda ambiguo, pero bonito, sí, nostálgico, silencioso, incluso ausente.

¿Tu propio Before sunrise? meeec, error, le hace falta. Y tú sabes qué, aparte de lo obvio, que no es el fondo sino una herramienta.

La pregunta clave aquí es el destino. En el manuscrito-mini, todo hay que decirlo-, hablas de la "paquitud" de la respuesta de ella, pero no por ella excenta de un aroma poético encomiable y como tal, fuente de inspiración.

Explícalo. ¿Fuiste siempre a Tepoztlán?

Si no fuiste, es para agarrarte a golpes.

Orfeo dijo...

Pues amén de las cuantiosas diferencias, el fondo es el mismo. Lo difícil es el decir "pues nada pasó, la vida sigue", cuando no es cierto. Al menos no para mí.

Y no, no fui a Tepoztlán, en verano me lanzó para allá. O eso espero. Del manuscrito, pues nada tú, empezaré a redactarlo más adelante.

Loca vida.

Luisa dijo...

Ay, siempre tan idealista, me dice Rubén que pocos quedan así, HAW HAW HAW. La fachada chicos, que se les ve el plumero.

Bonito poema, libre y resignado. El quid de esto, o al menos mi mayor duda es: ¿qué prefieren? ¿momentos así con el consiguiente vacío? ¿o la rutinaria etapa estable?

Yo -díganme oldfashion, méndigos hombrezuelos-, la segunda, desde luego. Lo primero, jamás es real.

Orfeo dijo...

El placer se disfruta a partir de sus extremos. Quedarse en una línea de pequeños altibajos es faltarle al hedonismo implícito que todo humano debe tener.

Dicha eterna en calidad pero efímera en cantidad es más que cualquier otra cosa. Y no, Luisa, ni soy diferente ni soy igual, soy híbrido.

A fin de cuentas, la realidad es aburrida. Por cierto, a ver qué tal les parece el texto del DF. Sociólogo me salió el rollo.