sábado, 21 de abril de 2012

Suicidémonos

Suicidémonos. Así lo sugiere el amor. Así lo sugiere la vida. Morir con cierta dignidad, convertir la muerte a mano propia como un acto de rebeldía(quizás el único). Es una idea rara pero los suicidas se atraen; así los conocí a ellos. Mis dos amigos más cercanos(quizá los únicos). Una noche de esas que se pierden entre fechas sin nada que celebrar, coincidimos en crear el club de los suicidas. Cansados ya del martirio que supone vivir, optamos por cerrar el trato del suicidio.

Nadie objetó nada, los tres sacamos a relucir nuestro estigma de la muerte voluntaria. Cada uno a su manera, a su juicio y a su tiempo. Nuestro pacto no tiene fecha de caducidad.

¿Hoy? preguntó uno.
- No, lo bueno del suicidio es que te permite seguir viviendo y ya no depender del azar o de la genética.

Así quedamos. Viviríamos y cuando se agotara la reserva individual, cada uno, a su tiempo, lo haría. Pacto de caballeros: era indisoluble.

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