viernes, 29 de enero de 2010

Parodias

Era Hermosillo la ciudad que simboliza la frivolidad...no, no, queda muy amargado.

La autoproclamada ciudad del sol se pierde en su imagen y se descompone en frustraciones sin ton ni son...no, no, muy cliché.

Vivir en Hermosillo significa saber qué es una carne asada, una coyota, pasear un domingo en la catedral, pistear cada fin de semana y hablar de a quién te tiras o quién se ve mejor...no, no, una crítica sútil que se hace muy directa.

Hablar de Hermosillo es como hablar de Marylyn Monroe, te la tiras pero sólo una vez. Dentro de su desierto interno, la ciudad del sol se deshace en maquillaje y rumores; en su esencia se contradice como ciudad de mundo mientras se enquista solamente en las modas pasajeras...no, no quiero sermonear a nadie.

Hay que sentir Hermosillo para saber qué es...no, no, qué coño significa "hay que sentir" ¿acaso me paga el gobierno?

Cómo decir soy hermosillense sin decir el clásico: "échate una del Vale", "quiero un burro" "vamos al Tantra". Pues no, no eres.

2 comentarios:

Angela Mariann dijo...

Muy bien dicho (:
Pero me quedo con la primera. La frivolidad, las superficialidades.
Aveces me soprende cómo la gente está cegada por todo éso. Qué digo aveces, siempre!
Es muy triste, más triste (para mí) son las ganas que siento por irme de aquí, en cuanto pueda.

Saludos Omar :3

La Maldo dijo...

hahah definitivamente hermosillo, es un percheron, es el sol, son los fines de semana en kino, las tortillas sobaqueras.... si
ni hablar