miércoles, 26 de mayo de 2010

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Bajé del camión acalorado. Migraña, mareo y nauseas. Putos cigarros. Caminé bajo el sol o por el sol, es lo mismo. El calor se traga toda la ciudad. Un impulso y ya había quedado como un pedófilo imbécil.

O ni siquiera eso. Saco otro cigarro para ver si el vigésimo primero me hace sentir bien. Se me cae y me quemo el pecho y el dedo. Un ardor sordo en mi piel. El amor es un animal asqueroso. Ruin, escatológico, intransigente.

No quiero amar. Amar crea debilidad, yo no puedo ser más débil: es genéticamente imposible. Psicológicamente sí, es un ritual fetichista el hacerme más vulnerable. Cuento mis sueños de madrugada, uno a uno. La violencia visual, inusitada en mis sueños pero recurrente en mis fantasías.

Camino más. No quiero querer. Querer crea hipersensibilidad o hipocresía, no lo sé bien. Son los dos extremos. Caras rojas y ceños necios cruzan mi viaje. Semmblanza de un cuento ya dicho ode un dicho ya contado. Tampoco lo sé.

Ah sí, el amor. ¿Por qué es tan difícil amar algo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fregonsisimo..
Gigi